Heridas y cicatrices
La gente tiene cicatrices, en los sitios más inesperados. Son como mapas de nuestra vida personal. Diagramas de nuestras viejas heridas. La mayoría de las lesiones se curan y no dejan nada más atrás que una cicatriz, pero algunas no, algunas heridas las llevamos con nosotros siempre a todos lados y, aunque el corte hace tiempo que se hizo, el dolor aún se mantiene.
Esta tarde, mientras un amigo me hacía entender cómo era posible que luego de diez años viviendo en este país esté construyéndose una casa en su pueblo natal en Cuba, pensaba sobre cuántas heridas tenemos y cómo duele el simple roce con esas cicatrices.
Mientras hablaba con él y me contaba de las cosas que le dolían de Cuba y de los Estados Unidos, empecé un recuento mental de mis propias cicatrices. Muchas tienen que ver con la ausencia, no solo de las personas a las que quiero, sino de la ausencia de sensaciones.
Al venir mi madre, y mi hermano mayor, a vivir a este país yo apenas era un adolescente y aquella sensación de indefensión dejó cicatrices por algún sitio. Es algo que, estoy seguro, moldeó la persona que hoy soy y como enfrento la vida.
La primera vez que alguien terminó conmigo una relación de pareja perdí la sensación de sentirse acompañado. Lo peor de la soledad no es estar solo, sino recordar cómo era cuando alguien te esperaba al otro lado, cuando alguien se preocupaba de que tus días fueran buenos y tus noches, cálidas. Esa es una ausencia superada, pero cada vez que inicio una relación, la cicatriz me recuerda que está ahí y que debo aprender a cuidar el amor o la herida se abrirá y empezará todo de nuevo.
Cuando murió mi abuela fue otro tipo de ausencia. La de no tener la persona que ocupaba casi todas las horas de mi día, de no tener nadie a quien atender o por quien preocuparme, fue un vacío de actividad, un exceso de tiempo del que, aún, no me recupero. Esa es una cicatriz que, con el más mínimo roce, hace que la herida se abra nuevamente y duele, duele mucho.
¿Cuáles son las peores? ¿Las heridas nuevas que son horriblemente dolorosas o las viejas que se deberían de haber curado hace años y nunca lo hicieron? Quizá las viejas heridas nos enseñen algo. Nos recuerdan dónde hemos estado, lo que hemos sobrevivido. Nos dan lecciones sobre que cosas debemos evitar en un futuro. Eso es lo que nos gusta creer. Pero no es así como funciona, ¿cierto? Hay cosas que tenemos que aprender una y otra, y otra vez…
Lo importante es mirar al futuro y que cierren las heridas, que no sean más que cicatrices.
Lo peor es cronificar un duelo.
Adelante, tú puedes…
Claro Jul, se que puedo, pero a veces es bueno tomarse un respiro en la lucha y compartir con ustedes estas cicatrices.
Un abrazo!
Bonito tema, Recién LLegado, pero muchas veces sucesos catastróficos en nuestras vidas no dejan cicatrices tan profundas como una serie de desalientos, frustraciones, imposiciones, etc., todas pequeñas, pero que sufrimos durante un largo período de nuestras vidas en las manos de un sistema totalitario y represivo.
Asi es Armiennne, lo peor de todo son las cicatrices que no podemos controlar. Esas si son dificiles.
Un abrazo!
la herida de la muerte de mi papa esta todavia sin sanar,estoy entre moco y feeling,no he tenido c….es pa ir a su tumba todavia,todavia duele la ausencia de mi pa. gracias por este post,tengo ke salir a cojer aire.
Polloedieta, siento mucho que te haya recordado algo dificil de tu vida, disculpame por eso, de veras…
La cicatriz de cuando perdí mi amante de SIDA después de una relación de mas de una década, cuando yo apenas tenia 30 años, cicatrizó, pero no desapareció. Tuve la suerte que el destino me puso otro ser maravilloso en mi camino y ya vamos para mas de década y media.
La cicatriz al perder a mi madre de demencia aguda en solo nueve meses, también cicatrizó, pero ella no es reemplazable, ya que madre solo una y uno sigue adelante y las cicatrices seguirán llegando y yo untando vitamina-E mientras viva.
Matancerosoy, lo mas importante es seguirse untando vitamina E, como nos dices en tu comentario. No importa cuan profundas sean las heridas, hay que seguir adelante. Gracias por llegar y por comentar.
Un abrazo!
Hay heridas que nos marcan para siempre, que no se borran, que permanecen latentes, y que con mucha frecuencia a pesar de nuestros esfuerzos, siempre hay alguien que vuelve con la navaja y la hace mas profunda. Esa herida jamas se cierra. Esa es la herida de la ausencia de Cuba en mi corazon. Desde el 8 de septiembre de 1961. Desde entonces peregrino con la ilusion de que algun dia pueda volver, pero el tiempo pasa y esa ilusion no se hace realidad. Son muchos, cubanos y no cubanos, los que dia a dia le echan sal a mi herida. No vale la pena que los enumere. Ellos saben quienes son. Porque mientras Cuba no sea libre y soberana, porque mientras Cuba viva en la miseria de los que la gobiernan y en la ofensa de los que los apoyan, mi herida seguira abierta. Y duele, duele mucho. Lo unico que la alivia es el recuerdo de una Cuba cuando eramos mas inocentes, cuando con todas sus imperfecciones, eramos libres. Esa es, por el momento, la unica medicina.
Raul, esa es una herida que no entendía mientras vivía en la isla, cuando vine a Miami y pude conversar con la gente, comencé a entender el por qué de una herida tan grande por una Cuba que ya no existe.
Muchos hicieron su vida sin echar raices, esperando regresar el proximo año y así se fueron poniendo viejos y nunca regresaron pero tampoco hicieron una vida aquí.
Hoy, la posibilidad del regreso todavia les duele bien profundamente.
Muchas gracias por regresar al blog, Raul, y por tomarte el tiempo y comentar. Siempre es un placer.
Un abrazo!
La herida de Cuba, a la que no se le ve curacion por el momento, a cuantos he visto morir con esa herida sin cicatrizar, ellos sufrieron por años el no pertenecer ya a Cuba ni ser de aqui, y han llevado por años ese sufrimiento, la gran mayoria soñando con una Cuba que ya no existe la cual han idelizado con el tiempo, muchos nunca mas regresaron y murieron en el exilio sin volver a pisar su pais, que tanto mal pudo hacer ese pueblo para merecer tanto castigo?.
Habananueva, ese pueblo nunca hizo nada que le mereciera tal castigo. Si, fue un pueblo que cometio errores, que se equivoco varias veces, pero nunca por maldad, sino quizas porque siempre fue un pueblo noble, generoso, y muy trabajador, y nunca penso que en la ilusion de un mundo mejor se encontraba la perversidad de un monstruo que pronuncio mil mentiras. Esa es la gran herida de Cuba y no acaba de cicatrizar. Aun despues de cinco decadas, los que triunfaron en la democracia de esta orilla, sienten el corazon sangrar porque nunca se pudo recuperar la tierra perdida. Ya va desapareciendo la generacion del 59, y con ella desaparecera el ultimo capitulo de los que conocienron la imperfecta pero muy digna Republica de Cuba.
Raul, habananueva, he podido conocer las historias de esos que vinieron en el 59 pensando que regresarían a Cuba al año siguiente. Son vidas muy tristes, marcadas por el desarraigo, no echaron raices aquí porque pensaron regresar pronto y ya no tienen sus raices allá porque el país que dejaron ya no existe.
Ha sido muy difícil la vida de aquellos primeros emigrantes que abrieron el camino del exilio para los cubanos que hemos venido despues.
Asi mismo RLL, yo he conocido casos muy tristes, incluso familias fragmentadas que nunca mas se volvieron a ver, o cuando lo hicieron ya habian pasado la mayor parte de sus vidas unos lejos de los otros y ni se conocian, lo mismo sucede con la Cuba actual y las añoranzas que tiene el exilio viejo de una Cuba que ya no existe, ni su gente es igual, ni sus calles son iguales y mucho menos la forma de vida, la gente esta marcada por el desamor y muchos males mas que ha engendrado el Sistema Politico imperante en la isla, muchas generaciones tendran que venir cuando pase la desgracia de la tirania castrista para que el cubano vuelva hacer el mismo que fue, el alcoholismo, la delacion, la vagancia, el robo y la pasion a lo ilicito han minado la vida del cubano de la isla, aqui lo vemos cuando llegan, sin leyes, viciados, solo algunos sobreviven en este sistema de leyes y de derechos, es muy frencuente escuchar «esto es Cuba con comida, alla yo vivia mejor, no tenia que pagar renta, robaba en el trabajo y vendia lo que robaba y vivia bien», la destruccion moral que ha creado el Sistema es alarmante, confiemos pues, en la capacidad de recuperacion de los cubanos.
recienllegado, habananueva – yo navegue con suerte, mantuve mis raices, mi identidad, y al mismo tiempo me integre a esta democracia donde todos tenemos espacio si nos dedicamos con entrega total y energia. El regreso siempre es una ilusion aunque se vive solamente de realidades. Reconoci hace tiempo que la Cuba que conocia habia desaparecido para siempre y decidi mantenerla en mi arte para que otros supieran algo de nuestro pasado. Aunque en nuestro amor por Cuba muchos han construido un pasado romantico y virginal, lo cierto es que se cometieron muchos errores en una republica que yo siempre he llamado imperfecta. Pero eso no nos impide reconocer los valores de nuestro pueblo, su trabajo, su generosidad, su patriotismo, su nacionalismo, todo lo que hizo de Cuba una de las mas pujantes naciones de America Latina. Ese fue nuestro pasado. Algo que generaciones mas jovenes, manipulados por el regimen castrsta, no conocen. Y de nuestro pasado podemos sentirnos orgullosos. Como un bello rostro de mujer que ya denota el pasar del tiempo.
Raul, gracias por ese ultimo comentario, ha logrado ud emocionarme, creo que ud es un cubano de esos de los que nos sentimos muy orgullosos.
Para mi es un gusto que se conozcan nuevos amigos aquí, en este blog y que puedan encontrar espacio para intercambiar sus ideas y puntos de vista.
Ojalá siempre regresen. Gracias a todos por eso…Ya tenemos post nuevo…!
Se me hacen dos temas aquí: Las cicatrices del exilio y las cicatrices de la vida.
De las primeras no puedo hablar porque aun vivo en Cuba, pero me conmueve hasta lo mas hondo cada vez que veo en los cubanos que viven en Miami ese amor por la Isla que en vez de mermar con los años, crece. Me encanta ver que no pierden su sangre cubana, que no se olvidan de lo que dejaron aquí, y que aun les pertenece.
De las otras cicatrices, las de la vida… de esas tengo tantas que no podría contarlas, y el solo el saber que están ahí ya causa dolor. ¿Lo mas triste para mi? Las heridas que nunca llegaron a ser cicatrices, las que sangran aun, a cada paso. Las heridas que van abriendo un poco mas cada día y no les llega la hora de cicatrizar. Las heridas que intento cerrar pero no me dejan, porque siempre hay alguien dispuesto a meter el dedo y rasgarla más aún.
Por suerte hay cicatrices que curten la piel, que hacen cayos; ésas son buenas, porque los golpes ahí duelen menos.